martes, 7 de julio de 2009

CAMILLE CLAUDEL



(extracto de El País) Pasó los 30 últimos años de su vida en el manicomio de Montdevergues. Allí murió sola. Abandonada por todo el mundo, incluida su familia. Camille Claudel (1864-1943) cargaba a sus espaldas 79 años de una vida tan dramática como fascinante. Y aún tendría que transcurrir mucho tiempo para que se reconociera su talento como escultora. Sobre todo, para que su personalidad artística volara por encima de su relación con Auguste Rodin. Su maestro. Su amante. Un genio déspota y ventajista, de la que Claudel fue víctima. Como lo fue de su familia ingrata y de la sociedad misógina y envidiosa de la época. (...) Ella aprendió rápidamente y Rodin le permitió participar en muchas de sus grandes esculturas. Aunque, temeroso de su personalidad y talento arrasadores, intentaba rebajar su protagonismo en el estudio. Camille dejó escrita en su correspondencia de la época que él se aprovechaba de ella, que las obras que presentaba como propias eran producto de su talento menospreciado.

También hubo lugar para otros reproches. Por ejemplo, las vejaciones y humillaciones a las que le sometió Rodin, que solía exhibirse con otras mujeres delante de ella. Entre esta correspondencia hay una carta de Rodin, incluida en la exposición, en la que él deja por escrito la promesa, mil veces rota, de que ella sería la única mujer en su vida.

Obsesionada por el amor, Camille fue convencida por Rodin de abortar cuando quedó embarazada. De nuevo, le prometió que iba a abandonar a Rose Beuret. Todo fue mentira de nuevo y Camille, profundamente humillada, abandonó a Rodin. La artista, entonces, se encerró en su propio estudio y esculpió incansable cabezas de niños. La mayor parte de éstas fueron destrozadas inmediatamente. Los vecinos de su taller la oían aullar todo el día. Camille perdió su bellleza y su única relación fueron las decenas de gatos que vagabundeaban por el estudio.

Una tarde, tres enfermeros echaron la puerta abajo y le colocaron una camisa de fuerza. Por orden de su familia, fue ingresada en un sanatorio psiquiátrico próximo a París. Nunca más volvió a esculpir nada. Se le diagnosticó "una sistemática manía persecutoria acompañada de delirios de grandeza". Al final de su vida recuperó la cordura. Nadie la reclamó.

NOTA: el contacte amb Camille Claudel (germana de l'escriptor Paul Claudel) l'he fet a partir d'un llibre de Victoria Combalía que es diu Amazonas con pincel, el títol deixa molt que desitjar, però a dins es troben autèntiques joies que aniré transmetent...

3 comentarios:

O de FLANEURETTE dijo...

creo que vi la peli sobre su vida hace 15 años o mas, con isabelle adjani? tremenda historia...detras de cada gran hombre deberia haber un elefante dando por culo, como ellos mismos...hm, no? salud.

Ingrid Guardiola dijo...

Ei, no la he visto la película, pero me gustaría. Tienen un buen parecido con la Adjani. Je je je, un elefante...salut!
pd. veo que te has cambiado el nombre..., je, je

O de FLANEURETTE dijo...

yo tambien deberia refrescar...igual que con el nombre, de vez en cuando cambiar significa seguir igual, atolondrado!