cartas de Alejandra Pizarnik,
fotos desde mi habitación en una noche fría
a Sylvia Molloy
Miramar, Viernes 6, 24 hs.
Ma Chère S., se te extraña aquí, si supieras cómo se te extraña aquí. Y muy en especial se piensa en tu “segundo” rostro —el que traté torpemente de describirte. Espero ser chez toi materia de nostalgia, si es que tenés tiempo y espacio libres para mí, ahora que andás por el lugar de las metamorfosis y de los descubrimientos.
Hoy cometí mi primer acto heroico. Fui a la playa. Pero no estoy tranquila, no estaré tranquila hasta que no escriba como yo deseo sobre lo que deseo y de la manera que deseo. Nada más estúpido que alentar estos deseos y no obstante son más fuertes que mi sentido erítico y mi sentido del humor. De todos modos escribo poco y mal. A causa de ello dibujo un poco, pour me réchauffer un peu, para invitar al Gran Silencio a posarse en mi memoria. Pero qué te estoy diciendo para mi capote! Decíme pronto si vendrás en Semana Santa pues en caso contrario no me interesa quedarme en Nachtua, quiero decir en Miramar. Envié sendas cartas a las Hamadas Olga e Yvonne de modo que si venís llámalas por si desean también venir.
Après les pluies et les rires et les saisons
et les fourrures et le soleil et notre sourire
il reste une chose inal-te-ra-ble: je t’aime beaucoup,
beaucoup, beaucoup,
d’ace?
Exhaustivos abrazos, querida amiguita, y más aún
Alejandra
Miramar, Viernes 6, 24 hs.
Ma Chère S., se te extraña aquí, si supieras cómo se te extraña aquí. Y muy en especial se piensa en tu “segundo” rostro —el que traté torpemente de describirte. Espero ser chez toi materia de nostalgia, si es que tenés tiempo y espacio libres para mí, ahora que andás por el lugar de las metamorfosis y de los descubrimientos.
Hoy cometí mi primer acto heroico. Fui a la playa. Pero no estoy tranquila, no estaré tranquila hasta que no escriba como yo deseo sobre lo que deseo y de la manera que deseo. Nada más estúpido que alentar estos deseos y no obstante son más fuertes que mi sentido erítico y mi sentido del humor. De todos modos escribo poco y mal. A causa de ello dibujo un poco, pour me réchauffer un peu, para invitar al Gran Silencio a posarse en mi memoria. Pero qué te estoy diciendo para mi capote! Decíme pronto si vendrás en Semana Santa pues en caso contrario no me interesa quedarme en Nachtua, quiero decir en Miramar. Envié sendas cartas a las Hamadas Olga e Yvonne de modo que si venís llámalas por si desean también venir.
Après les pluies et les rires et les saisons
et les fourrures et le soleil et notre sourire
il reste une chose inal-te-ra-ble: je t’aime beaucoup,
beaucoup, beaucoup,
d’ace?
Exhaustivos abrazos, querida amiguita, y más aún
Alejandra
A AMELIA BIAGIONI
Buenos Aires , 18/XI/67
Querida Amelia:
Mil gracias por EL HUMO. Vengo de él y no logro encontrar una frase para destinarle; digo una frase como un manto real que a la vez fuera un manto de arpillera, una frase vestida de princesa pero mendiga.
Por cierto que el primer gesto, al acabar tu libro -hace 1 minuto- ha sido colocarlo entre los libros que voy a releer (no hay muchos) porque EL HUMO me sedujo tanto que siento, simultáneamente, deseos de conocer (es imposible, lo sé, pero justamente) por qué y cómo y de qué manera. Por otra parte, la seducción se despliega en diversas gamas: el poema de la pag. 51, por ejemplo, es la seducción del misterio musical del lenguaje, o mejor, la magia hipnótica que me obligó a leerlo en voz viva. No es el único dotado de ese poder pero sí el más extremo.
Esta mención te hará sonreír, acaso. ¿Cómo frente a cosas tan terribles, hablo de seducción y me complazco en magias "externas" (según algunos)? Precisamente, porque son terribles, y porque el lenguaje se les resiste y las traiciona, e incluso las anula, por eso, justamente, me impresionó doblemente tu libro. Precisamente, porque cada verso y cada palabra han sido llevados (padecidos) hasta su máxima tensión, y con toda la carga de sus sentidos plurales, estos poemas son un lugar -o un espacio- de reunión. Por eso, imagino, invocas a la dura poesía con términos lujosos y trágicos como si fuera la muerte; y por eso, imagino, ser poeta es, entre otras cosas, poseer esta virtud (sinónimo de "la condena", naturalmente) de adueñarse de la máxima paradoja - aquella que el viejo amigo Kierkegaard considera un escándalo. Paradoja que consistiría en que el más solitario, por obra y gracia de "alados Discursos", crea un lugar - el poema- en donde otros solitarios se reúnen, se reconocen (en tanto afuera llueve y es invierno). Tus poemas fueron siempre para mí lugares pero nunca lo fueron como ahora, gracias por EL HUMO. Incluso llegué a preguntarme cómo mantenés la estructura perfecta y acabada si detrás, a tan pocos pasos, acecha el ángel de lo absoluto, opuesto al de los "ojos con límites". No sé, por cierto responder, pero celebro tener que preguntarlo. Tampoco quiero resumirte los temas porque no soy profesora (quizá sea una desgracia, lo digo en serio) y sobre todo porque me son demasiado entrañables. Hay alguno, quizá el más terrible o el más intimidante, que alude al doble o a la sombra o al espejo o al quién soy, que aparece transfigurado como enorme valentía y hermosura (por supuesto que es facilísimo luchar en la guerra comparado con ese descenso al infernal encuentro con la otra o con las otras).
Buenos Aires , 18/XI/67
Querida Amelia:
Mil gracias por EL HUMO. Vengo de él y no logro encontrar una frase para destinarle; digo una frase como un manto real que a la vez fuera un manto de arpillera, una frase vestida de princesa pero mendiga.
Por cierto que el primer gesto, al acabar tu libro -hace 1 minuto- ha sido colocarlo entre los libros que voy a releer (no hay muchos) porque EL HUMO me sedujo tanto que siento, simultáneamente, deseos de conocer (es imposible, lo sé, pero justamente) por qué y cómo y de qué manera. Por otra parte, la seducción se despliega en diversas gamas: el poema de la pag. 51, por ejemplo, es la seducción del misterio musical del lenguaje, o mejor, la magia hipnótica que me obligó a leerlo en voz viva. No es el único dotado de ese poder pero sí el más extremo.
Esta mención te hará sonreír, acaso. ¿Cómo frente a cosas tan terribles, hablo de seducción y me complazco en magias "externas" (según algunos)? Precisamente, porque son terribles, y porque el lenguaje se les resiste y las traiciona, e incluso las anula, por eso, justamente, me impresionó doblemente tu libro. Precisamente, porque cada verso y cada palabra han sido llevados (padecidos) hasta su máxima tensión, y con toda la carga de sus sentidos plurales, estos poemas son un lugar -o un espacio- de reunión. Por eso, imagino, invocas a la dura poesía con términos lujosos y trágicos como si fuera la muerte; y por eso, imagino, ser poeta es, entre otras cosas, poseer esta virtud (sinónimo de "la condena", naturalmente) de adueñarse de la máxima paradoja - aquella que el viejo amigo Kierkegaard considera un escándalo. Paradoja que consistiría en que el más solitario, por obra y gracia de "alados Discursos", crea un lugar - el poema- en donde otros solitarios se reúnen, se reconocen (en tanto afuera llueve y es invierno). Tus poemas fueron siempre para mí lugares pero nunca lo fueron como ahora, gracias por EL HUMO. Incluso llegué a preguntarme cómo mantenés la estructura perfecta y acabada si detrás, a tan pocos pasos, acecha el ángel de lo absoluto, opuesto al de los "ojos con límites". No sé, por cierto responder, pero celebro tener que preguntarlo. Tampoco quiero resumirte los temas porque no soy profesora (quizá sea una desgracia, lo digo en serio) y sobre todo porque me son demasiado entrañables. Hay alguno, quizá el más terrible o el más intimidante, que alude al doble o a la sombra o al espejo o al quién soy, que aparece transfigurado como enorme valentía y hermosura (por supuesto que es facilísimo luchar en la guerra comparado con ese descenso al infernal encuentro con la otra o con las otras).
Y no continuo, porque hay que hablar menos y releer más. Dura poesía y duro oficio de servirla pero vos no necesitás temer aquella alusión de Mateo XXX, 25 (o acaso era XXV, 30).
Gracias de nuevo y recibí mi mucha admiración y abrazo
Alejandra
Gracias de nuevo y recibí mi mucha admiración y abrazo
Alejandra
B. A., 5 de julio de 1972
Mi Ivoncita, mi cercanita.
por favor no nos pidamos explicaciones acerca del silencio (¿existe el silencio?).
Inútil decirte --no, la ciencia de lo obvio es ardua como la lectura de lo inefable-- que no sólo te extraño sino que te necesito. Acaso porque somos antípodas y nos damos mutuamente garantías acerca de nuestras vías.
No voy a hablarte de mí en esta cartuja de esperma (este chistezuelo es para decirte: Aquí estoy, todavía). También te mandaré mi nuevo libro El Infierno Musical (Ed. S. XXI). Y también, si consigo fuerza, algunos poemas recientes cuyo emblema es la negación de los rasgos alejandrinos. En ellos, toda yo soy otra, fuera de ciertos pequeños detalles: el humor, los tormentos, las pruebas suplicantes.
Martha Moia, muy amiga mía, se va para USA en septiembre. Estará en New York del 14 al 18. Ignóra si irá a tus árajes (y por supuesto ignora cuándo irá --o no). Si te encontrás con ella supongo que multiplicarás tu presencia en USA pues no puedo creer que no hablen de mí (hacelo con nostalgia, pues algo se me entrecorta en la voz cuando te nombro y adjunto: "No se cuándo volverá!".
(¿Volverás?)
La encantadora Lea me escribió desde (palabra arbitraria en letras griegas, I. B. ) (ejehm!) y yo le respondí a pesar de mi desapego (semi-desapego) actual del mundo de las plumas y los papeles (espero los que me prometiste, pero esto es otro pseudo-chiste pues estoy lejana en ese sentido).
He sido expuesta algunas pruebas algo excesivas (pero si no hay peso no hay medida!) y ahora sé un poquito más (por eso ya no me siento a la mesa y rumio horas y horas un adjetivo de algún poema). Sé un poquito más, comprendo algo más; y sí, es tan terrible y viviente y vibrante esto que alienta en esto que ahora soy. No sé en qué me he convertido. Pero mi mayor defecto lo sabés: la fidelidad.
"Sé fiel hasta la muerte". (Apocalipsis). Que desmemoria no te guíe.
Un abrazo muy tierno de TU
Alejandra
a LEON OSTROV (enviadas desde París, es decir entre 1960-1964)
Sin Fecha
... Tensión a toda hora. La cuestión de siempre: destrucción o creación, sí y no. Me repito la frase aquella que leí hace mucho:
"Le seul remède contre la folie c'est l' innocence des faits."
Felizmente no ha muerto el humor y no deja de divertirme mi vida cotidiana en la que mi torpeza actúa y transforma todo en un viejo film de Chaplin. Así es como me resistí durante muchos meses a lavarme la ropa (me compraba cosas nuevas), lo que impidió suicidarme porque, ¿qué poeta se dejaría manosear sus valijas de muerto si hay en ellas ropa no lavada?
... De pronto me di cuenta de lo que es la poesía, quiero decir, leyendo y releyendo poetas muy distintos sentí cierto ritmo, cierta iluminación, cierta vivencia distinta del lenguaje. Mis últimos poemas son lo mejor que hice. (¡Y qué hice!). Pero no me contentan. Confieso tener miedo. Sé que soy poeta y que haré poemas verdaderos, importantes, insustituibles, me preparo, me dirijo, me consumo y me destruyo. Es mi fin. Y no obstante corro peligro. Tal vez si me encerraran y me torturaran y me obligaran mediante horribles suplicios a escribir dos poemas maravillosos por día, los haría. Estoy segura de ello. Tal vez yo no busco un maestro, busco un verdugo...
... Le di ideas buenas. Pero hacer los diálogos me es imposible. Yo no sé hablar como todos, mis palabras suenan extrañas y vienen de lejos, de donde no es, de los encuentros con nadie. ¿Qué artículos de consumo fabricar con mi melancolía a perpetuidad?
a MARIA ELENA ARIAS LOPEZ
Buenos Aires. 25/V/1970
María Elena, querida lejanita,
¿cómo agradecerte esos presentes tan caros a mi corazón? y por los que daría "tout Weber et tout Mozart" (1)
No quise agradecerte antes porque primero tenía que demostrarte que mi pasión por los cuadernos and cía. no es una trascendencia vacua sino, digamos, la expresión de un pudor bastante poco admirable. Es decir, puesto que la escritura c' est mon mal d' aimer (2) (ni sé si cabe esta expresión que me gusta por el sonido: perdón) y no me atrevo jamás a confiarlo a otro(a) viviente, alors, me invento un amor por blocks and Co. (un amor bien real, por otra parte). En fin, estoy por acabar ese precioso block de hojas tan dulces con extraños cuadritos (me hacen bien: necesito límites) y ¡sabés qué escribo? pues nada menos que UMO-R (no es negro -además, "humor negro" perdió sentido) o lo que fuere pero humor (a mi juicio, al menos).
Y es difícil porque una -yo- (acaso nosotros) tiene prejuicios; no respeta el humor; cree )no le cree pero en el fondo sí) que lo serio es más importante. En fin, me cuesta mucho exteriorizar mi humor que es velocísimo (y yo tan lenta). Además, anoche se unieron amor y sexo. Conjunción que disgusta a esta enamorada de Bataille -fue vecino mío- que te escribe. En fin, aunque repruebo el texto de anoche, me reí 7 u 8 horas o (cf. Pigafetta: Carta al Aretino - S.XVI) "se relamió como una rufiana" (sic).
Gracias, M. E., por tu gesto finísimo, y ¡cómo podría olvidarlo? No podría, claro es. Tuya tu muy
Alejandra (pizarnik)
(1) Nota al pie de Alejandra: ¡te acordás del soneto de Nerval?
(2) Es mi amor enfermizo.
Mi Ivoncita, mi cercanita.
por favor no nos pidamos explicaciones acerca del silencio (¿existe el silencio?).
Inútil decirte --no, la ciencia de lo obvio es ardua como la lectura de lo inefable-- que no sólo te extraño sino que te necesito. Acaso porque somos antípodas y nos damos mutuamente garantías acerca de nuestras vías.
No voy a hablarte de mí en esta cartuja de esperma (este chistezuelo es para decirte: Aquí estoy, todavía). También te mandaré mi nuevo libro El Infierno Musical (Ed. S. XXI). Y también, si consigo fuerza, algunos poemas recientes cuyo emblema es la negación de los rasgos alejandrinos. En ellos, toda yo soy otra, fuera de ciertos pequeños detalles: el humor, los tormentos, las pruebas suplicantes.
Martha Moia, muy amiga mía, se va para USA en septiembre. Estará en New York del 14 al 18. Ignóra si irá a tus árajes (y por supuesto ignora cuándo irá --o no). Si te encontrás con ella supongo que multiplicarás tu presencia en USA pues no puedo creer que no hablen de mí (hacelo con nostalgia, pues algo se me entrecorta en la voz cuando te nombro y adjunto: "No se cuándo volverá!".
(¿Volverás?)
La encantadora Lea me escribió desde (palabra arbitraria en letras griegas, I. B. ) (ejehm!) y yo le respondí a pesar de mi desapego (semi-desapego) actual del mundo de las plumas y los papeles (espero los que me prometiste, pero esto es otro pseudo-chiste pues estoy lejana en ese sentido).
He sido expuesta algunas pruebas algo excesivas (pero si no hay peso no hay medida!) y ahora sé un poquito más (por eso ya no me siento a la mesa y rumio horas y horas un adjetivo de algún poema). Sé un poquito más, comprendo algo más; y sí, es tan terrible y viviente y vibrante esto que alienta en esto que ahora soy. No sé en qué me he convertido. Pero mi mayor defecto lo sabés: la fidelidad.
"Sé fiel hasta la muerte". (Apocalipsis). Que desmemoria no te guíe.
Un abrazo muy tierno de TU
Alejandra
a LEON OSTROV (enviadas desde París, es decir entre 1960-1964)
Sin Fecha
... Tensión a toda hora. La cuestión de siempre: destrucción o creación, sí y no. Me repito la frase aquella que leí hace mucho:
"Le seul remède contre la folie c'est l' innocence des faits."
Felizmente no ha muerto el humor y no deja de divertirme mi vida cotidiana en la que mi torpeza actúa y transforma todo en un viejo film de Chaplin. Así es como me resistí durante muchos meses a lavarme la ropa (me compraba cosas nuevas), lo que impidió suicidarme porque, ¿qué poeta se dejaría manosear sus valijas de muerto si hay en ellas ropa no lavada?
... De pronto me di cuenta de lo que es la poesía, quiero decir, leyendo y releyendo poetas muy distintos sentí cierto ritmo, cierta iluminación, cierta vivencia distinta del lenguaje. Mis últimos poemas son lo mejor que hice. (¡Y qué hice!). Pero no me contentan. Confieso tener miedo. Sé que soy poeta y que haré poemas verdaderos, importantes, insustituibles, me preparo, me dirijo, me consumo y me destruyo. Es mi fin. Y no obstante corro peligro. Tal vez si me encerraran y me torturaran y me obligaran mediante horribles suplicios a escribir dos poemas maravillosos por día, los haría. Estoy segura de ello. Tal vez yo no busco un maestro, busco un verdugo...
... Le di ideas buenas. Pero hacer los diálogos me es imposible. Yo no sé hablar como todos, mis palabras suenan extrañas y vienen de lejos, de donde no es, de los encuentros con nadie. ¿Qué artículos de consumo fabricar con mi melancolía a perpetuidad?
a MARIA ELENA ARIAS LOPEZ
Buenos Aires. 25/V/1970
María Elena, querida lejanita,
¿cómo agradecerte esos presentes tan caros a mi corazón? y por los que daría "tout Weber et tout Mozart" (1)
No quise agradecerte antes porque primero tenía que demostrarte que mi pasión por los cuadernos and cía. no es una trascendencia vacua sino, digamos, la expresión de un pudor bastante poco admirable. Es decir, puesto que la escritura c' est mon mal d' aimer (2) (ni sé si cabe esta expresión que me gusta por el sonido: perdón) y no me atrevo jamás a confiarlo a otro(a) viviente, alors, me invento un amor por blocks and Co. (un amor bien real, por otra parte). En fin, estoy por acabar ese precioso block de hojas tan dulces con extraños cuadritos (me hacen bien: necesito límites) y ¡sabés qué escribo? pues nada menos que UMO-R (no es negro -además, "humor negro" perdió sentido) o lo que fuere pero humor (a mi juicio, al menos).
Y es difícil porque una -yo- (acaso nosotros) tiene prejuicios; no respeta el humor; cree )no le cree pero en el fondo sí) que lo serio es más importante. En fin, me cuesta mucho exteriorizar mi humor que es velocísimo (y yo tan lenta). Además, anoche se unieron amor y sexo. Conjunción que disgusta a esta enamorada de Bataille -fue vecino mío- que te escribe. En fin, aunque repruebo el texto de anoche, me reí 7 u 8 horas o (cf. Pigafetta: Carta al Aretino - S.XVI) "se relamió como una rufiana" (sic).
Gracias, M. E., por tu gesto finísimo, y ¡cómo podría olvidarlo? No podría, claro es. Tuya tu muy
Alejandra (pizarnik)
(1) Nota al pie de Alejandra: ¡te acordás del soneto de Nerval?
(2) Es mi amor enfermizo.