Año nuevo, vida, eternamente nueva!
(Gordon Matta-Clark)
"Huye, amigo mío, a tu soledad! Ensordecido te veo por el ruido de los grandes hombres, y acribillado por los aquijones de los pequeños. El bosque y la roca saben callar dignamente contigo. Vuelve a ser igual que el árbol al que amas, el árbol de amplias ramas: silencioso y atento pende sobre el mar.
Donde acaba la soledad, allí comienza el mercado; y donde comienza el mercado, allí comienzan también el ruido de los grandes comediantes y el zumbido de las moscas venenosas.
En el mundo las mejores cosas no valen nada sin alguien que las represente: grandes hombres llama el pueblo a esos actores.
El pueblo comprende poco lo grande, esto es: lo creador. Pero tiene sentidos para todos los actores y comediantes de grandes cosas.
En torno a los inventores de nuevos valores gira el mundo: gira de modo invisible. Sin embargo, en torno a los comediantes gira el pueblo y la fama: así marcha el mundo.
Espíritu tiene el comediante; pero poca conciencia de espíritu. Cree siempre en aquello que mejor le permite llevar a los otros a creer -¡a creer en él!-.
Mañana tendrá una nueva fe, y pasado mañana, otra más nueva. Sentidos rápidos tiene el comediante, igual que el pueblo, y presentimientos cambiantes.
Derribar -esto significa para él: demostrar. Volver loco a uno -eso significa para él: convencer. Y la sangre es para él el mejor de los argumentos.
A una verdad que sólo en oídos delicados se desliza llámala mentira y nada. ¡En verdad sólo cree en dioses que hagan gran ruido en el mundo!
Lleno de bufones solemnes está el mercado -¡y el pueblo se gloria de sus grandes hombres! Éstos son para él los señores del momento.
Pero el momento los apremia: así ellos te apremian a ti. Y también de ti quiere un sí o un no. ¡Ay! ¿Quieres colocar tu silla entre un pro y un contra? (...)
Todos los pozos profundos viven con lentitud sus experiencias: tienen que aguardar largo tiempo hasta saber qué fue lo que cayó en su profundidad.
Todo lo grande se aparta del mercado y de la fama: apartados ellos han vivido desde siempre los inventores de nuevos valores. (...)
Huye amigo mío a tu soledad y allí donde sopla un viento áspero, fuerte. No es tu destino el ser espantamoscas", F. Nietzsche, Así habló Zaratustra, escrito hace 125 años!!!