lunes, 8 de diciembre de 2008

CLAUDE CAHUN DESPUES DE LAS ALTURAS


En esta foto está Claude Cahun. Hoy Lluís nos ha hablado de ella. Busquen en Internet, búsquenla en la historia, la historia de las vanguardias, aunque se pensaban que era asunto de hombres. El otro día esquié por segunda vez en mi vida. Empiezas por el prejuicio de clase: yo no soy una de esas. Terminas por el sentimiento de grupo: si todos vosotros váis... Luego, sentir la subida a la montaña y el irreversible e irresistible descenso por tu propio peso, y la necesidad de girar, la obligación de caer y levantarse otra vez, como en la vida; la vida se te concentra en una línea blanca, como en la palma de la mano: una azul, una verde, cinco rojas y una negra; la vida pulsando y el blanco immaculado de la nieve alrededor como una nada suave y hermosa; luego miras a lo lejos y ves el horizonte vibrante, reconfortante. La posibilidad de una vida. También está el desprecio sin remordimientos por tus semejantes de especie pero no de clase, aquellas familias pijas que van a tomar el sol y a rodearse de sus iguales y que detestas aunque se dignen a ayudarte cuando te caes. La montaña la ves destrozada y colonizada y, a pesar de esto, amas el sentirte libre por un instante, a pesar de nuestros propios actos. Entonces deduces que hay momentos de pura contemplación en que la moral tiene que pasar a un segundo plano para que uno pueda llegar a existir en tal plenitud y respirar satisfecho de puro no esperar, de puro no desesperar.