jueves, 4 de julio de 2013

WEBDOC

Publicado en el Cultura/s (La Vanguardia) el 03/07/2013

(VERSIÓ CASTELLANA)

WEBDOC PARA LA/S HISTORIA/S

La realidad en 360 grados
Walter Benjamin escribe: “Ha de exigirse del investigador abandonar una actitud serena, la típica actitud contemplativa, al ponerse enfrente del objeto; tomando así conciencia de la constelación crítica en la cual este preciso fragmento del pasado encuentra justamente a este presente”. Algo que me recuerda a la verdadera naturaleza del webdoc: un documental en línea (online) que exige al espectador “ponerse frente al objeto” activando la mirada y las decisiones de navegación a través de los fragmentos que se nos presentan de la historia. El relato, con uno o varios puntos de entrada, puede estar articulado sobre video, audio, material gráfico o, simplemente, datos, ofreciendo un metálogo con el usuario-espectador que vive una experiencia, al final, transformadora, tanto a nivel sensitivo, como cognitivo. De la misma forma que la multitud y la ciudad moderna, con sus pasajes de cristal, eran el escenario perfecto para el flâneur, el webdoc ha tomado el relevo a estos “observadores apasionados” y se convierte en el escenario ideal para los amantes del “paseo por la/s historia/s”. El flâneur era observador, detective e investigador de la ciudad a partes iguales (como describía Benjamin) y con la llegada de las primeras cámaras portátiles a finales del s.XIX la ciudad entera (esa ciudad que crecía ilimitadamente y perdía su dimensión unitaria) se convirtió en un plató gigante, “gastronomía para los ojos” que decía Balzac. En 1951, el gran periodista Edward R. Murrow, en su programa “See it now”, hizo por primera vez la conexión simultánea de dos imágenes que no compartían el mismo espacio, el Brooklyn Navy Yard y el Golden Gate Bridge, y dijo: “Un hombre sentado en su comedor para ver, por primera vez, dos oceanos a la vez”. En el webdoc la “dimensión panorámica” se alcanza secuencialmente a través del “salto hipertextual” y de la navegación entre pantallas.  Un proyecto pionero de webdoc fue The Aspen Movie Map, un viaje virtual por la ciudad de Aspen que el MIT lanzó en 1978. Con la llegada de internet, el contexto sobre el que se asentan las historias y el propio contexto comunicativo se han hecho, literalmente, globales y han dejado en casi anecdótica la “ciudad moderna infinita” que describían los finiseculares. Si a esto le sumamos los audiovisuales 360 grados o la conectividad móbil (tablets, móviles, Google Glasses), el sueño del “flâneur digital”, del “paseante total” nunca había estado tan cerca. Llegados a este punto, es imprescindible usar el webdoc para abordar una mirada, esto es, un conocimiento más complejo, completo, profundo y participativo sobre la realidad circundante y sobre ciertos temas históricos, en lugar de que la tecnología sirva para convertirnos en unos distraídos profesionales.  

Encuentros

A finales de mayo tuvieron lugar las jornadas INTERDOCS dedicadas al webdoc, coordinadas por Arnau Gifreu en el marco del festival DOCSBARCELONA. Sandra Gaudezzi destacó del webdoc su capacidad para crear un diálogo entre obra y usuario, a la vez que el ofrecer un contexto sobre un tema y compartirlo a través de la interacción con la audiencia, el interactuante que ejerce como tal ya sea a través de la navegación, los simples comentarios o, en su fase más desarrollada, con la co-creación de la obra, donde la transformación del usuario es total. El autor se presenta así como arquitecto que parte de la interficie y la navegación, usando el vídeo, el audio, el texto o los datos, como materia prima a través de la cual erigir su obra. Hemos pasado de la teoría del “flujo televisivo” de Raymond Williams a una cultura audiovisual del mosaico y del zapping neurótico. Ahí el webdoc es importante, pues inserta el fragmento en un contexto narrativo mucho más amplio y profundo, de ahí que permita una relectura de la historia y de los acontecimientos mucho más compleja que la que nos ofrecen los medios de comunicación. En este sentido, en la jornada pudimos ver Journey to the end of Coal sobre las duras vidas de los mineros chinos; los autores son el estudio Honkytonk Films responsables de otros webdocs como el que hicieron con Liberation.fr y Curiosphere.tv, Rapporteurs de Crise, sobre el papel que tienen los eurodiputados en la crisis que afecta a muchos países europeos, en parte debido a la caída de los Lehman Brothers en 2008. El estudio UPIAN, presente en las jornadas, presentó ALMA, uno de los webdocs más comentados, la historia de una pandillera guatemalteca y los terribles episodios de su vida callejera. Con un presupuesto de 550.000 euros (la mitad venía de la cadena Arte), utilizaron nuevas estrategias de difusión como el convertir algunos medios editoriales en broadcasters online directos (Télerama, Rue89, Time…), cambiando la idea de marqueting por la de distribución. En la economía de la abundancia y de la hipersaturación de internet, una de las preocupaciones principales de los webdocumentalista es cómo llegar al público más allá de los virales. En cuanto a la parte financiera, distinguen muy bien entre el uso del material de particulares (gratuíto) y el de entidades públicas o privadas (de pago). En este documental todo está pensado y diseñado hasta el extremo, también las estrategias 2.0 basadas en una política “strong but soft”. Para evitar el ruido sin fondo que en el que a veces puede convertirse la web 2.0, hicieron un comisariado de comentarios en la web, publicando aquellos más destacados por su calidad (fueran negativos o positivos) que venían de su facebook y twitter. UPIAN ha pasado de los 1.100 usuarios diarios en su cénit de audiencia de Thanatorama (2007) a los 60.000 de ALMA. A lo largo de la tarde se presentaron algunos webdocs de factoría española como Las voces de la memoria, de la joven productora Barret Films (autores de Pedra, Paper, Estisora) o el proyecto en vías de desarrollo Las sinsombrero (de Intropía Media y Yolaperdono con la colaboración de TVE, Wikipedia y el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad), sobre un colectivo de artistas mujeres de los años 20-30’s. Hay mucha gente detrás de proyectos de webdoc, pero en España tenemos dos vacíos: detectar buenos programadores interesados en el sector y financiación e inversión económica por parte de las televisiones, empresas y productoras tradicionales. Ahí queda.


(VERSIÓ CATALANA)

WEBDOC PER A LE/S HISTORIE/S

La realitat en 360 graus

Walter Benjamin escriu: “Ha d’exigir-se de l’investigador abandonar una actitud serena, la típica actitud contemplativa, al posar-se davant de l’objecte; agafant així consciència de la constel·lació crítica en la qual aquest precís fragment del passat troba justament a aquest present”. Quelcom que em recorda a la verdadera naturalesa del webdoc: un documental en línia (online) que exigeix a l’espectador “posar-se davant l’objecte” activant la mirada i les decisions de navegació a través dels fragments que se’ns presenten de la història. El relat, amb un o varis punts d’entrada, pot estar articulat sobre vídeo, àudio, material gràfic o, simplement, dades, oferint un metàleg amb l’usuari-espectador que viu una experiència, al final, transformadora, tant a nivell sensitiu, com cognitiu. De la mateixa forma que la multitud i la ciutat moderna, amb els seus passatges de vidre, eren l’escenari perfecte pel flâneur, el webdoc ha agafat el relleu a aquests “observadors apassionats” i es converteix en l’escenari ideal pels amants del “passeig per le/s històrie/s”. El flâneur era observador, detectiu i investigador de la ciutat a parts iguals (com descrivia Benjamin) i amb l’arribada de les primeres càmeres portàtils a finals del s.XIX, la ciutat entera (aquesta ciutat que creixia il·límitadament i perdia la seva dimensió unitària) es va convertir en un plató gegant, “gastronomia per als ulls”, que deia Balzac. El 1951, el gran periodista Edward R. Murrow, en el seu programa “See it now”, va fer per primera vegada la connexió simultània de dues imatges que no compartien el mateix espai, el Brooklyn Navy Yard i el Golden Gate Bridge, i va dir: “Un home assegut al seu menjador per veure, per primera vegada, dos oceans a la vegada”. En el webdoc la “dimensió panoràmica” es dóna seqüencialment a través del “salt hipertextual” i de la navegació entre pantalles. Un projecte pioner de webdoc va ser The Aspen Movie Map, un viatge virtual per la ciutat d’Aspen que el MIT va engegar el 1978. Amb l’arribada d’internet, el context sobre el que s’estableixen les històries i el propi context comunicatiu s’han fet, literalment, globals i han deixat en quasi anecdòtica la “ciutat moderna infinita” que descrivien els finiseculars. Si a això li sumen els audiovisuals 360 graus o la connectivitat mòvil (tablets, mòvils, Google Glasses), el somni del “flâneur digital”, del “passejant total” mai havia estat tan a prop. Arribats a aquest punt, és imprescindible usar el webdoc per abordar una mirada, això és, un coneixement més complex, profund i participatiu sobre la realitat circundant i sobre certs temes històrics, enlloc de que la tecnologia serveixi per convertir-nos en uns distrets professionals.

Trobades

A finals de maig van tenir lloc les jornades INTERDOCS dedicades al webdoc, coordinades per Arnau Gifreu en el marc del festival DOCSBARCELONA. Sandra Gaudezzi va destacar del webdoc la seva capacitat per a crear un diàleg entre obra i usuari, a la vegada que l’oferir un context sobre un tema i compartir-lo a través de la interacció amb l’audiència, l’interactuant que exerceix com a tal, ja sigui a través de la navegació, els simples comentaris o, en la seva fase més desenvolupada, amb la co-creació de l’obra, on la transformació de l’usuari és total. L’autor es presenta així com a arquitecta que parteix de la interfície i la navegació, usant el vídeo, l’àudio, el text o les dades com a matèria prima a través de la qual erigir la seva obra. Hem passat de la teoria del “fluxe televisiu” de Raymond Williams a una cultura audiovisual del mosaic i del zapping neuròtic. Aquí el webdoc és important, ja que inserta el fragment en un context narratiu molt més ample i profund, d’aquí que permeti una relectura de la història i els esdeveniments molt  més complexa que la que ens ofereixen els mitjans de comunicació. En aquest sentit, a la jornada vam poder veure Journey to the end of Coal sobre les dures vidas dels miners xinesos; els autors són l’estudi Honkytonk Films, responsables d’altres webdocs com el que van fer amb Liberation.fr i Curiosphere.tv, Rapporteurs de Crise, sobre el paper que tenen els eurodiputats en la crisi que afecta a molts països europeus, en part degut a la caiguda dels Lehman Brothers el 2008. L’estudi UPIAN, present a les jornades, va presentar  ALMA, un dels webdocs més comentats, la història d’una “pandillera” guatemalteca i els terribles episodis de la seva vida al carrer. Amb un pressupost de 550.000 euros (la mitat venia de la cadena Arte), van utilitzar noves estratègies de difusió com el convertir alguns mitjans editorials en broadcasters online directes (Télerama, Rue89, Time…), canviant la idea de marqueting per la de distribució. En l’economia de l’abundància i de la hipersaturació d’internet, una de les preocupacions principals dels webdocumentalistes és com arribar al públic més enllà dels virals. En quant a la part financera, distingeixen molt bé l’ús del material de particulars (gratuït) i el d’entitats públiques o privades (de pagament). En aquest documental tot està pensat i dissenyat fins l’extrem, també les estratègies 2.0, basades en una política “strong but soft”. Per evitar el soroll sense fons en el qual de vegades pot convertir-se la web 2.0, van fer un comissariat de comentaris a la web, publicant aquells més destacats per la sev aqualitat (ja fossin negatius o positius) que venien del seu facebook i twitter. UPIAN han passat dels 1.100 usuaris diaris en el seu zènit d’audiència de Thanatorama (2007) als 60.000 d’ALMA. Al llarg de la tarda, es van presentar alguns webdocs de factoria espanyola, com Les veus de la memòria, de la jove productora Barret Films (autors de Pedra, Paper, Estisora) o el projecte en vies de desenvolupament Las sinsombrero (de Intropia Media i Yolaperdono amb la col·laboració de TVE, Wikipedia i el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad), sobre un col·lectiu d’artistes dones dels anys 20-30’s. Hi ha molta gent darrera de projectes de webdoc, però a Espanya tenim dos buits: detectar bons programadors interessats en el sector i finançament i inversió econòmica per part de les televisions, empreses i productores tradicionals. Aquí queda.



VEO-VEO: ¿Y QUÉ VES? (Especial "Black Mirror" en el Cultura/s)


(VERSIÓ CASTELLANA)
Publicado en el suplemento Cultura/s de La Vanguardia. 
Aquí los textos de los 6 episodios escritos por Fèlix Pérez-Hita, Andrés Hispano, Raul Minchinela, Eulàlia Iglesias, Jordi Balló y una servidora.



El s2e2 de Black Mirror empieza con la chica protagonista en un comedor con síntomas de haber sido apaleada; cuando sale a la calle (vacía como un plató a la hora de las reposiciones), la gente desde sus casas la va filmando con sus móviles, como fotografiaron y grabaron R. Ulmar Abbasi y otros ciudadanos a Ki Suk Han mientras intentaba salir, en vano, de la vía del metro de Nueva York donde había caído fruto de una discusión y donde sería atropellado el 5 de diciembre del 2012. Sin saber nada, más allá de flashes que le van viniendo a la mente, gente extraña empezará a perseguirla. Una muchacha la ayuda diciéndole que “los otros” que filman han sido víctimas de las “emisiones” y que tiene que llegar hasta el “Oso Blanco”. Lo que la protagonista no se imagina es que el punto final de la persecución, el salvador “Oso Blanco”, es un plató donde ella será exhibida cual presa de caza para recordarle que un día secuestró y mató a una niña, y ese será su castigo: cada día será víctima de una persecución suicida que contará con la complicidad de los ciudadanos que, con sus grabaciones, convertirán la ciudad en un plató gigante y a ella en la protagonista de un reality-ultraviolent-show. Desde las casas la gente podrá seguir el “castigo” en streaming a tiempo real. Cuando baje el telón, de noche, unas descargas lobotómicas convertirán su memoria en un lienzo en blanco para que el guión del día después pueda desarrollarse de nuevo de la misma forma. El castigo que los dioses inflingieron a Tántalo, Prometeo y Sísifo, se traslada ahora a esta mujer que verá como su vida es una eterna repetición de un solo gesto: el mismo gesto violento que ella aplicó, pero dado al espectáculo, en carne viva, una muerte sin muerte y a cuenta gotas para el share de la moral pública. El culpable, sólo un ”eslabón entre la Ley y el audímetro”, será desterrado a su propia casa, a revivir el momento trágico ad infinitum. La persecución macabra a modo de simulación perversa nos remite a ficciones como La naranja mecánica (Kubrick), Funny Games (Haneke), Punishment Park (Watkins) o el videoclip de M.I.A. realizado por Romain Costa-Gavras Born Free: en estas ficciones la tortura bajo guión se convierte en arma de divertimento, como hemos visto también, de forma más espontánea –y quizás por eso más desoladora- en las grabaciones amateurs de soldados torturando a sus rehenes en Abu Ghraib (ver Standard Operating Procedure de Morris) o los jugueteos con los cadáveres de Gadafi o Hussein). La ciudad, como en El Show de Truman, es el escenario perfecto y la gente, gracias a la tecnología móvil, se han convertido en co-autores de la maléfica criatura, del licuado Leviatán; los ciudadanos, devenidos unidades móviles que a través de un sentimiento que mezcla la excitación de la gamification (la vida convertida en un juego constante) y la satisfacción de “cumplir con la ley”, permitirán que el juego (esto es, el castigo), continúe. En la actualidad, desde las Google Glasses al CityScan (un mapeador de ciudades que permite identificar hasta un objeto de dos centímetros), la distopía que actualiza el mandato foucaultiano de “vigilar y castigar” puede realizarse sin interrupción. Hay mucha gente sea feliz cumpliendo con el dictamen del Gran Hermano, haciendo de su vida un producto de control remoto (una vida geolocalizada). La vida, “como inmensa acumulación de espectáculos” (como decía Debord), esto es, la “vida mineralizada”, está garantizada por el status quo; la otra (la vida consciente, la única posible), no.