miércoles, 27 de noviembre de 2013

MINIPUT, INPUT, TELEVISIÓN PÚBLICA Y A LA CARTA

Álvaro García de Playground me entrevistó con relación al MINIPUT (19a Muestra de TV de Calidad -sábado 30 de noviembre de 10 a 22h, gratis, inscripción online) que coordino desde 2002, AQUÍ está el artículo con las declaraciones. A continuación dejo las respuestas completas:

¿Podrías explicarnos un poco la historia del festival y qué desarrollo ha tenido a lo largo de los años?

El MINIPUT no es un festival de televisión porque no se dan premios, es una muestra de televisión de calidad partiendo del INPUT (International Public Television Screening Conference), que se organiza desde 1976 y donde se han podido ver obras prohibidas como Titicut Follies de Frederic Wiseman, obras repudiadas por la propia televisión como France Tour Détour Deux Enfants de Godard, documentales mordaces como The Corporation, Surplus, obras de Herzog, Morris entre otros, o series documentales que se avanzaban a sus tiempos como Vis à vis de Patrice Barrat. También se vieron los primeros realities como Expedition Robinson, un formato sueco que luego ha sido adaptado en todos los países, además de formatos que ponen al límite el reality como The Big Donnor Show, How mad are you o The Game of Death. En el MINIPUT cada año hacemos una selección de lo mejor que se ha pasado en INPUT, además de dedicar una sesión a los mejores programas locales y autonómicos; este año hemos incluido el debate sobre el cierre de la televisión valenciana, Canal 9. Lo importante es traer a los directores o presentar las sesiones para generar un debate sobre el propio medio televisivo: pensar la televisión desde la propia televisión. Este año celebramos la 19ª edición en el Teatro del CCCB. Hemos cambiado de espacio porque cada año tenemos más de 1.400 inscripciones, personas que pasan a lo largo de las doce horas que dura la maratón.

¿Cuáles son vuestras intenciones?

Demostrar que la televisión no es sólo televisión basura o entretenimiento, que es un medio de masas muy poderoso que, a la vez que entretiene, puede educar, informar, hacer crítica de las cosas que están pasando e innovar formalmente. Como decía, se trata de pensar la televisión y los formatos televisivos desde la propia práctica televisiva.

¿Cómo ves el estado de las cosas en materia televisiva en nuestro país? Es decir, ¿Qué te gusta y qué no? ¿Qué cosas fallan y cuáles se están haciendo bien? ¿Y comparado con Europa?

La televisión generalista, privada o pública, con la competencia que ha generado la TDT (no digamos internet) ha rebajado ostensiblemente su calidad. Aún hay una diferencia notoria entre la televisión privada y la televisión pública (o de servicio público). La televisión privada está a la merced de los anunciantes, pero lo que se encuentran los programadores de la televisión pública cada mañana también son los índices de audiencia, nadie se salva. Con la gran competencia de canales y pantallas, cada televisión ha buscado su nicho de mercado, ahora hay un canal para los realities (MTV), para las mujeres (Divinity), para los hombres (Neox), para jóvenes… Con las fusiones de Antena 3-La Sexta y Cuatro-Telecinco las programaciones han cambiado, pero aún así, cada cadena conserva su propia idiosincrasia, La Sexta puede criticar con Évole, Ana Pastor o el Gran Wyoming al gobierno, que es intocable en Antena 3, son las contradicciones de un panorama mediático global basado en los clústers mediáticos. En cuanto a la televisión pública, los programas culturales cada vez son más escasos, en el caso de TVE había la propuesta del Canal Cultural, que duró poco, aunque sobrevivieron algunos de sus formatos iniciales (Mapa Sonoro, La mitad invisible…), el Canal33 tenía más fuerza antes, ahora es para niños durante el día, y para los programas educativos y culturales por la noche. A menudo estos programas fantásticos (que los hay) ocupan horas nocturnas imposibles, pienso en programas como Soy Cámara, Días de Cine, el programa de la casa Encendida. Ahora en el Canal33 están recuperando Material sensible, un programa a partir de found footage del 2008, en 2011, en la misma cadena, se emitieron grandes series como 50 años de. Uno de mis programas favoritos es Inside Nature Giants, de la BBC, que se pasó en el MINIPUT y en el INPUT y que el Canal33 recuperó. Del Canal33 me quedo también con programas como Què?Qui?Com? o los musicales; algunos como Ánima han visto recortado su espacio y duración. Fotografíes también está bien y, como no, como formato, El Foraster, la adaptación catalana de un formato nórdico que haría de las delicias de cualquiera de los documentalistas citados más arriba. De la televisión europea me gustan raras avis como lo que hizo Zizek con su The Pervert’s Guide to Cinema, también la versión que da de la historia del cine Mark Cousins y el dueto Charlie Brooker-Adam Curtis en Newswipe y Screenwipe. También envidio la programación cinematográfica de la Rai3. En cuanto a formatos, la televisión holandesa y las cadenas públicas nórdicas (SVT, NRK, DR) son las mejores; en la ideación de nuevos formatos documentales, me quedo con los anglosajones.

¿Qué opinión te merece la creciente pujanza de la televisión online con servicios como Netflix frente a la televisión tradicional?

No hay ninguna duda de que la televisión a la carta es el futuro, eso y los “eventos mediáticos”, que dependen del estricto presente. Internet es una televisión a la carta caótica y en low-fi, es la educación sentimental y audio-visual de los jóvenes, nadie se va a poner con el mando a distancia. De hecho, plataformas como Imagenio funcionan como una proto-televisión a la carta, tienes canales temáticos para todos los gustos y puedes grabar lo que te interesa, es más laborioso, pero sirve igual. Una buena televisión a la carta tendría que tener una organización semántica del material, eso sí. Entonces, la televisión digital terrestre tendría que encontrar su propia especificidad: si las series se ven online, ¿para qué vas a invertir en series? Tienes que dar lo que no ofrece la red, por eso este sería un buen momento para arriesgarse con nuevas propuestas, nuevos formatos baratos y, a la vez, de calidad. Antes en la televisión local (XTVL) existía el DO, un espacio contenedor para jóvenes productoras, este año ya no programa y nadie ha colmado este vacío, no hay un espacio televisivo para que los jóvenes teleastas y realizadores hagan sus operas primas televisivas. El espacio lo ceden a internet, pero no es lo mismo, aún no es lo mismo, sobretodo para la industria, ya que la televisión aún da una legitimidad a tu programa, es pasaporte de entrada para futuras producciones, mientras que en internet dependes del hype o mueres. Hace falta un espacio para los jóvenes del audiovisual. A la vez, la televisión ya forma parte de nuestra infancia, por eso una sección dedicada a la recuperación de viejos programas sería muy pedagógico y a la vez emotivo. Pienso en el efecto “Fenómena” pero aplicado a la televisión: cómo me gustaría revisitar El último grito, Glaznost, La bola de cristal (por suerte esta está casi toda online en la página de RTVE) o incluso programas de entretenimiento puro y duro como Amor a primera vista o viejas series como Monty Python Flying Circus o Els joves. Lo viejo y lo nuevo, pero nunca la dictadura de la actualidad con sus goles dominicales y sus hombres del tiempo diarios, la pesadumbre del infoshow, la fatalidad de lo neutro.


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